A las estrechas y pintorescas callejuelas de un barrio portuario llega en su coche Tomás (Oscar Ladoire), un tipo de unos cuarenta años que cree más en el dinero que en los sentimientos, y que acaba de sufrir un rotundo descalabro económico.

Decidido a quitarse la vida, interrumpe su acción para salvar a un joven, Tito (Carlos Fuentes), que intenta suicidarse ante sus narices. Charlando en un bar, Tomás alucina al descubrir que su interlocutor iba a matarse única y exclusivamente por amor. Poco después, en plena noche, Tomás sufre una dolorosa torcedura de tobillo al intentar evitar el robo de su vehículo.

En casa de Tito, en pleno corazón del barrio, Tomás se verá inmerso dentro de un mundo absolutamente extraño para él y que le fascinará. Un universo que gira alrededor de una familia donde los sentimientos y el amor se cruzan y descruzan continuamente sin atender a lógica alguna.

Conocerá a Lidia (Andrea Ferreol), la hermosa madre de Tito, dedicada a misteriosos negocios sentimentales, y a Bernardo (Angel Alcázar), el hermano mayor, cantante de boleros, casado con Julia (Carmen Elias), que le es continuamente infiel.

Y también a Magda (Ana Risueño), la extraña y seductora hermana pequeña, así como a Jesús (José Luis López Vázquez), esposo de Lidia, a la que adora a pesar de que sus tres hijos lo son de otros tantos padres. En cuanto a Muriel (Leonor Watling), se trata del dulce amor imposible de Tito, casi siempre asustada pero de imprevisible firmeza. 

Tomás intercede entre todos ellos, recibiendo confidencias, dejándose seducir y metiéndose en problemas, pero sobre todo obsesionado con Magda, que le rehuye. Y si antes pensaba que la vida era absurda, ahora está convencido de que lo es mucho más de lo que cualquiera pueda imaginar. Quizás por eso mismo valga la pena, o no...

Estreno: 23 de septiembre de 1999